Han pasado más de 60 años desde que varios generales de alto rango se reunieron en la base Wright-Patterson de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en Ohio, para sustituir las dos primeras etapas de las investigaciones sobre Objetos Voladores No Identificados (OVNI), conocidas como Proyecto Sign y Grudge, descontentos con el estado que guardaban sus pesquisas de 1947 a 1950.
No podrían descifrar que eran las luces, figuras en el cielo o supuestas aeronaves reportadas por sus pilotos, militares en tierra y embajadores en otros países, tomando información de medios locales o testimonios de la población en general. La meta era desacreditar todo avistamiento.
A finales de 1951, autoridades militares estadunidenses decidieron designar al capitán Edward J. Ruppelt para dirigir el llamado Proyecto Libro Azul, que sustituiría al Proyecto Sign y Grudge, aunque sumaría sus archivos, e iniciaría la recopilación e investigación del fenómeno OVNI a escala mundial.
No podrían descifrar que eran las luces, figuras en el cielo o supuestas aeronaves reportadas por sus pilotos, militares en tierra y embajadores en otros países, tomando información de medios locales o testimonios de la población en general. La meta era desacreditar todo avistamiento.
A finales de 1951, autoridades militares estadunidenses decidieron designar al capitán Edward J. Ruppelt para dirigir el llamado Proyecto Libro Azul, que sustituiría al Proyecto Sign y Grudge, aunque sumaría sus archivos, e iniciaría la recopilación e investigación del fenómeno OVNI a escala mundial.
De 1952 a 1969, año en que se desmanteló este último proyecto, se lograron obtener alrededor de 12 mil 600 informes sobre ovnis, de los cuales se concluyó que la mayoría eran malinterpretaciones de fenómenos naturales (nubes, estrellas, asteroides) o aviones convencionales o experimentales. Unos cuantos fueron considerados fraudes.
Sin embargo, fueron 701 casos, un seis por ciento, los que fueron clasificados como inexplicables e investigados rigurosamente, pues las autoridades militares querían saber hasta qué punto estos avistamientos de luces o supuestas aeronaves implicaban un riesgo para la seguridad estadunidense.
De estos casos que no pudieron ser explicados, cuatro se registraron en México, como muestran los archivos desclasificados de los cuales Excélsior tiene copia.
El cohete que enfrentó a México y Estados Unidos
En los informes que se mantuvieron 46 años bajo resguardo y que fueron desclasificados gracias a la Ley de Libertad de Información de Estados Unidos, se señala que el 12 de octubre de 1947, el entonces Departamento de Guerra de México reportó, luego de algunas publicaciones en medios de comunicación, que un artefacto, posiblemente un cohete experimental lanzado desde Texas, cayó y explotó en el poblado de Caseta, en Juárez, México.
Según el archivo TSNAD2B/ACL/amc 2-1204, que se venía investigando desde el Proyecto Sign, el 14 de octubre el coronel M. R. Clingerman, del cuerpo de Análisis de Inteligencia de EU, mandó un telegrama a la base de la Fuerza Aérea de Almagordo, en Texas, para pedir toda la información sobre el percance, pues el gobierno mexicano solicitaba una explicación a lo que consideraba una agresión hacia su territorio.
La respuesta, según la documentación, es que el último cohete lanzado desde esta base aérea fue el 9 de octubre, el cual fue lanzado en Texas y sus partes recuperadas, por lo que se desconocía qué había pasado en las montañas de Samalayuca, Chihuahua, en México.
El 16 de octubre, según un mensaje clasificado que recibió el Departamento de Guerra de México, enviado desde Houston, Texas, por parte del director de Inteligencia de las Fuerzas Armadas de EU, nunca hubo un lanzamiento de cohetes en esa fecha, y que según sus reportes era de un objeto desconocido, del cual sus piezas fueron recogidas por los estadunidenses y jamás se dio a conocer a la autoridad mexicana el final de la investigación.
Los platillos voladores de Poza Rica
Hace sólo un mes, el FBI admitió su relación con los avistamientos de ovnis de los años 40, 50 y 60, afirmando que en su mayoría se trataba de prototipos de naves creadas para espionaje, aunque también confirmó que muchas de las investigaciones no tuvieron una explicación y se archivaron bajo llave.
Resultado de ello está el documento IR-254-52, fechado el 29 de agosto de 1952 en Veracruz, México, en el que el Servicio Exterior de Estados Unidos reporta haber recibido por parte del consulado en esta ciudad mexicana, una serie de testimonios y publicaciones en medios de comunicación local sobre una oleada de ovnis los días 26, 27 y 30 de agosto, y aprobado para su investigación por el coronel William K. Skaer, de la Fuerza Aérea de EU.
Según las investigaciones, los días mencionados varias personas del poblado de Poza Rica, incluidos funcionarios del gobierno mexicano, militares y gente “confiable” reportaron que alrededor de las 2:00 de la madrugada varios “platillos voladores” pasaron por Veracruz a velocidad supersónica, para perderse en alta mar.
Warren C. Stewart, cónsul estadunidense en Veracruz, aseguró que, según sus informantes, que trabajan para esta dependencia estadunidense y que fueron testigos del evento en los tres días, el sonido, que era claramente perceptible cuando estas aeronaves desconocidas pasaban por sus cabezas, era similar al que hace un transformador de alto voltaje cuando opera a todo lo que le permite su maquinaria.
Además del sonido, los testigos aseguran que los “platillos voladores” dejaban una estela de color verde. Todos los testimonios coincidieron, por lo que el gobierno estadunidense puso en alerta a la Fuerza Aérea para que sobrevolara el Golfo de México. No se supo qué sucedió, y el testimonio fue archivado.
Luces sobre el aeropuerto del Distrito Federal
Hasta hace una semana, los archivos del Proyecto Libro Azul sólo podrían consultarse si uno era estadunidense y solicitaba un permiso al gobierno, además de tener que ir al Archivo Nacional en persona.
Hoy, gracias a John Greenewald, un entusiasta del fenómeno OVNI quien por dos décadas presentó solicitudes bajo la Ley de Libertad de Información, logró recopilar toda la información hoy puesta a disposición en su sitio The Black Vault, aunque el mismo recopilador asegura que muchos documentos no se le dieron, como casi todo lo referente al famoso suceso de Roswell.
El documento desclasificado que lleva como nombre Project 10073 Record Card, con fecha del 13 de diciembre de 1957, muestra que desde la colonia Anáhuac, en la Ciudad de México, se reportó una oleada OVNI sobre el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) durante 20 minutos.
Una carta enviada al Pentágono por parte de una persona de nacionalidad mexicana, de la cual ha sido borrada su identificación de los documentos, envía los pormenores del avistamiento y las coordenadas de la supuesta oleada.
La autoridad estadunidense asegura que se hará una investigación a profundidad, aunque no se menciona más al respecto, sólo que el documento se clasifica como “inexplicable”.
Encuentro cercano
En el Proyecto Libro Azul, uno de los astrónomos que formaba parte del equipo era J. Allen Hynek, consultor científico. Trabajó para el proyecto hasta su conclusión y creó el concepto que hoy se conoce como “encuentros cercanos”.
Era un gran escéptico cuando comenzó, pero dijo que ello se suavizó durante la investigación, después del análisis de unos informes OVNI que parecían inexplicables.
Una de las investigaciones que lo dejó perplejo y que no pudo explicar, y que inclusive lo llevo a creer en la posibilidad de vida extraterrestre, fue una realizada en la Ciudad de México en 1967.
Según el archivo 12124, fechado el 11 de noviembre en la capital del país, siete fotografías muestran la evidencia de platillos voladores demasiado avanzados para la época, que después se conocerían como naves de plasma.
En las fotografías que obtuvo la Fuerza Aérea estadunidense, se muestra como referencia el Ángel de la Independencia, en Reforma, y varias naves que se distinguen a su espalda y sobre el monumento.
“De forma tipo antena, los OVNI del DF son considerados por los especialistas e investigadores del FBI y el gobierno estadunidense, como una de las mejores evidencias del Proyecto Libro Azul. No se pudo explicar su presencia, se archivó y se mantuvo bajo llave todos estos años”, explicó Allen Hynek en los documentos que hoy pueden ser consultados en internet.
¿QUÉ ES EL PROYECTO LIBRO AZUL?
A partir de 1947 y hasta el 17 de diciembre de 1969, la Fuerza Aérea de Estados Unidos investigó activamente una gran cantidad de avistamientos de Objetos Voladores No Identificados (OVNI) dentro del programa llamado Proyecto Libro Azul.
- En un principio, el programa se convertiría en un sistema de categorización sobre informes de avistamientos de ovnis por grandes científicos de la época como el doctor J. Allen Hynek (1910-1986), quien más tarde se convertiría en uno de los más conocidos y respetados ufólogos.
- En marzo de 1954 este proyecto no parecía estar cumpliendo los objetivos del gobierno de Estados Unidos, desacreditar todos los avistamientos de ovnis. Por ello, se designó a varios altos mandos estadunidenses con el objetivo de desmitificar cada uno de los informes relacionados con los ovnis.
- De 12 mil 618 supuestos avistamientos de ovnis redactados, 701 permanecieron sin explicación oficial.
- Muchos expertos en el tema de los ovnis creen que las investigaciones de los avistamientos del proyecto fueron poco profesionales, con el único objetivo de calmar la histeria pública sobre este fenómeno.
- Con el paso del tiempo, algunos expertos que fueron miembros de este controvertido proyecto afirmaron que cualquier informe que fuera considerado como inexplicable o que pudiese causar preocupación pública debía no ser incluido en el Proyecto Libro Azul.