Los vecinos indicaron que el llanto se escucha los días de fuertes tormentas.
Farías aseguró que el llanto del bebé comenzó debajo del árbol.
Desconcierto, miedo e incertidumbre son las principales sensaciones a un día del espeluznante llanto de un recién nacido que todo un pueblo escuchó, en medio del monte en la ciudad de Fernández, dentro de la provincia de Santiago del Estero, Argentina.
Mientras la conmoción no cesa, luego de que una mujer acudiera a sus vecinos a pedir ayuda para ir a buscar a un bebé que escuchó llorar a unos metros del monte –al que nunca encontraron–, los pobladores de la ciudad de Fernández no salen de su asombro y, entre murmullos, tratan de descifrar qué es lo que pasó en el baldío ubicado en el barrio Águila.
En diálogo con Nuevo Diario, Luis Farías dijo que apenas su vecina le comentó lo que estaba pasando salieron en busca de la criatura: “Vinimos al monte con linternas a buscar al bebé, pero no lo encontramos. Apenas llegamos al lugar, el cuerpo comenzó a estremecerme y se nos hizo un nudo en la garganta por el miedo de que había algo más aquí” (señalando el árbol donde habría estado la criatura).
“Caminamos con un grupo de amigos por el monte, mientras seguíamos el lamento de la criatura que se internaba en el baldío. Ni los perros querían entrar al monte. Lloraban y trataban de entrar a la casa. Cuando caminábamos, el bebé se callaba y cuando nos parábamos, lloraba de nuevo. Nos quería llevar a algún lugar”, indicó. Al mismo tiempo aseguró: “El llanto era como de un recién nacido. Lo escuchó todo el barrio.
Todos estábamos tratando de encontrar a la criatura que lloraba en medio del monte y que quería que nos perdamos en la nada. Nadie nos da una explicación, tenemos mucho miedo por estas cosas extrañas”.
En diálogo con Nuevo Diario, Luis Farías dijo que apenas su vecina le comentó lo que estaba pasando salieron en busca de la criatura: “Vinimos al monte con linternas a buscar al bebé, pero no lo encontramos. Apenas llegamos al lugar, el cuerpo comenzó a estremecerme y se nos hizo un nudo en la garganta por el miedo de que había algo más aquí” (señalando el árbol donde habría estado la criatura).
“Caminamos con un grupo de amigos por el monte, mientras seguíamos el lamento de la criatura que se internaba en el baldío. Ni los perros querían entrar al monte. Lloraban y trataban de entrar a la casa. Cuando caminábamos, el bebé se callaba y cuando nos parábamos, lloraba de nuevo. Nos quería llevar a algún lugar”, indicó. Al mismo tiempo aseguró: “El llanto era como de un recién nacido. Lo escuchó todo el barrio.
Todos estábamos tratando de encontrar a la criatura que lloraba en medio del monte y que quería que nos perdamos en la nada. Nadie nos da una explicación, tenemos mucho miedo por estas cosas extrañas”.
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